"Desmiento categóricamente al Diario La Nación" dice Marcopulos
Ante las versiones aparecidas en el suplemento del día de la fecha del
Diario La Nación denominado "Comercio Exterior", que me mencionan,
exijo mi derecho a réplica y desmiento las afirmaciones temerarias y
maliciosas de dicha nota.
Como cofirmante de la Ley Harispe, participe de una reunión en la sede de la FEMPINRA, en el convencimiento de que es un deber de quienes
elaboramos las leyes, de escuchar a los trabajadores y a quienes los
representan, los sindicatos. Eso fue lo que expresé en una breve
intervención. Eso deninguna manera significa el rechazo a ningún
proyecto, especialmente si edemas lo acompaño con mi firma, en la
búsqueda de crear una Flota Naval Nacional.
Flota que debe recuperar para los argentinos, la soberanía sobre los
ríos interiores, hoy navegado exclusivamente por flotas extranjeras.
Pero el intento de la línea editorial del Diario La Nación, continuamente
tratando de mostrar fracturasen el Frente Para la Victoria al cual
pertenezco desde mi Partido Demócrata Cristiano, es consecuente con
la idea de Gobierno que ese medio conoce, entiende y defiende. Nada
tiene que ver con la vivencia democrática del trabajo parlamentario.
La disidencia y la búsqueda de acuerdos es la tarea fundamental de los
legisladores en la construcción democrática de las leyes encomendadas al
parlamento. Es ridículo que cuando el acuerdo es amplio se nos endilgue el
rotulo de "escribanía del ejecutivo", siendo que debemos sostener una
gestión de gobierno, en cambio cuando se muestran las diferencias del
debate interno, se habla de ''fractura'', de "ruptura", de divisiones.
Como Diputado Nacional de una Provincia periférica y electoralmente
irrelevante (2 % del padrón nacional), perteneciente a
un partido aliado (no justicialista) pero incluido en el Bloque del FPV-PJ,
soy testigo privilegiado de la amplitud y la capacidad de construir acuerdos
respetando los disensos de este bloque magistralmente conducido por
Juliana Di Tullio.
La malicia se manifiesta cada vez que los supuestos errores los cometen
quienes tienen cabal conocimiento de lo que sucede en este ámbito y lo
comunican, no para informar a la opinión pública, sino para predisponerla a una reacción y lectura peyorativa de eventos futuros bastardeándolos
de antemano.
Lo que debería ser un valor de la conducta democrática, como ser el
hecho de manifestar diferencias, escuchar a los sindicatos o discutir
futuras leyes partiendo de dos proyectos distintos, este diario lo toma
como signos deruptura, de malestar, de enfrentamiento.
Da la casualidad de que en estas próximas dos semanas se van a discutir
proyectos de ley muy importantes, de exclusiva elaboración y origen en el trabajo legislativo y que afectan (como toda ley) intereses, convicciones
y hasta gozan de libertad de conciencia por parte de los partidos políticos.
Por lo tanto la tesis del diario La Nación se comprobará ampliamente, ya
que desde ese punto de vista anacrónico, autoritario y prepotente, la idea de que un bloque compuesto par más de una centena de diputados tenga diferencias internas, no se ve como un hecho democrático sino como una
debilidad.
Bendita debilidad de la democracia.
Corrientes, 11 de noviembre de 2014
Juan Fernando Marcopulos
Diputado Nacional
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