martes, 13 de diciembre de 2011

CAPACITACION PARA LA INDUSTRIA NAVAL ARGENTINA Y ALGO MAS...LA INDUSTRIA NAVAL ARGENTINA Y SU GENTE QUIEREN PONERSE DE PIE. Por Daniel Estigarribia desde la FI-UBA.
El martes 6 de diciembre ppdo. se firmó en el Decanato de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Buenos (FI-UBA), cuyo Decano es el Dr. Ing. Carlos Rosito, en su sede de Paseo Colón 850 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, un convenio entre la mencionada Facultad y Astilleros SPI SA cuyo titular es el egresado de esa casa de altos estudios, ingeniero naval y mecánico Horacio Tettamanti, empresa integrante de la Asociación Bonaerense de la Industria Naval (ABIN) que el mismo preside. Mediante este importante acuerdo, los cursos prácticos de la Tecnicatura Universitaria Construcciones Navales se dictarán también en las instalaciones que dichos astilleros posee en las ciudades de Campana y Mar del Plata, de la provincia de Buenos Aires. En la oportunidad, en una mesa redonda ocupada por representantes del sector, empresarios, cámaras, astilleros, proveedores, docentes, estudiantes y graduados, se expusieron los esfuerzos necesarios para la formación de recursos humanos, la mejor capacitación de los cuadros técnicos medios, apropiados para los astilleros argentinos y las dificultades que se deben enfrentar en las actuales circunstancias. Abrió el diálogo el ingeniero Tettamanti quien expuso sus opiniones respecto de la actual situación que atraviesa el sector y sobre la formación de sus recursos humanos. Luego lo siguió el decano de la FI-UBA Dr. Ing. Carlos Rosito. Entre los representantes de distintos ámbitos de nuestro sector industrial naval, también se encontraban presentes, expusieron sus visiones y/o ampliaron el temario - con relación a medidas necesarias, experiencias y sugerencias para el mejor desarrollo y la optimización de políticas para el sector industrial naval en su conjunto, Cayo Ayala, Secretario del Sindicato Argentino de Obreros Navales (SAON), el ingeniero Gregorio Hernandez de la Cámara Argentina de la Máquina Herramienta, CARMAHE, Juan Speroni secretario adjunto del SAON, la licenciada Silvia Martinez de la Cámara de la Industria Naval Argentina (CINA), Santiago Aguirre de la Federación marítima, portuaria y de la industria naval de la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas de Atlántico Sur, (FEMPINRA SUR), entre otros. Al finalizar el acto, se generó un intenso y prometedor diálogo entre los asistentes, ya que se escucharon intenciones de continuar en adelante con este tipo de propuestas y reforzando la vinculación intersectorial con otros agentes vinculados al sector, para optimizar la presencia e injerencia de la industria naval en todos los ámbitos económicos del país. Según expreso el ingeniero naval Horacio Tettamanti “No pretendemos que el cien por ciento de la carga la transporten barcos argentinos. Esos fletes que hoy están en el orden de los ocho (8) mil millones de dólares, no pretendemos transportarlos todos. Pero pensemos que la Argentina pudiera acceder y efectuar parte de esa carga, para transportar en buques de bandera nacional construidos en el país, tripulados por argentinos, un diez (10), un quince (15), un veinte (20) por ciento de ese volumen: no parecería ser una posición extrema ni un nacionalismo exacerbado, ni que fuera una cuestión irrealizable. Tampoco sería abrazar una posición extrema, una prohibición absoluta, de la importación de buques, una reserva absoluta de carga, o de tráfico. Tampoco pretendemos ese discurso, porque sabemos que en definitiva, por ser impracticable, termina siendo funcional a aquellos que quieren tener al país de rodillas, sin bandera nacional, sin astilleros nacionales y sin la posibilidad de tener una decisión soberana, en cuanto a como y de que forma, nosotros, podemos extender nuestro comercio exterior”. También se preguntó : “¿Cómo defendemos ese patrimonio valioso para que en los próximos años, nos permita comerciar en igualdad de condiciones, dentro del mundo?” Y se respondía el titular de SPI: “Tengo 55 años, parece que la Argentina puede tener una segunda chance. Parecería que tenemos los elementos, cuando surge el debate, aparecen las contradicciones. Las contradicciones están en el fondo de esta cuestión. Todavia no fuimos capaces (dirigiéndose a Cayo Ayala y al Dr. Carlos Rosito) de transmitir a los decisores políticos, estos conceptos. Porque cuando uno hace un discurso de esta naturaleza, que podría ser casi ingenuo en términos de ambición y para poder trabajar, tenemos (que enfrentar) semejantes agresiones , semejantes operaciones de prensa, que después de hacer un discurso como este, al otro día aparecen operaciones de prensa monstruosas, en la NACION y en el CLARIN, de un (costo) valor económico extraordinario”. Y agregó: “¿A quién amenazamos? Seguramente nosotros molestamos con este proyecto, (cuando hablamos) de la Argentina puesta de rodillas, sin buques, sin poder mover el comercio exterior. Por esos ocho (8) mil millones de dólares entregados a las banderas extranjeras, a las banderas de conveniencia. Por aquí hay trabajadores (que sufrieron) bajo diversas normas catastróficas de la década del 90. Ahora podemos recuperar esto. Pero podemos recuperar la industria naval, ahora si queremos recuperar todo esto. Si no podemos recuperar la flota, si no podemos aspirar a un mínimo de buques de bandera razonable, para que las reparaciones tengan volumen, tengan densidad: ¿qué futuro tienen los ingenieros, los técnicos o los obreros o los proveedores? NINGUNO! Vamos a seguir discurriendo teorías, peleándonos entre nosotros, achicándonos cada vez más. El que estudia en la universidad de Quilmes, UNQUI (Facultad de Arquitectura Naval ) nació para diseñar barcos, ¿se va a “morir” de hambre?. Tiene que diseñar remolcadores. El que nació para construir remolcadores, no tiene trabajo ¿ agrede y empieza una canibalización entre todos nosotros?. Ellos y nosotros fuimos docentes en la Facultad pero luego la dictadura no lo permitió y formamos ingenieros que manejan taxis. Lo que se trata es de cómo podemos dar espacio a una voz que pueda ser escuchada. Y hasta ahora - lo digo yo – creo haber fracasado en el objetivo. Quizás buscando otras voces mas habilidosas, más talentosas, que puedan hacer llegar (el mensaje) para que podamos ver de nuevo los astilleros funcionando y los barcos con esas ceremonias tan habituales que no le dábamos importancia, en las que se ponía el barco en el agua, venia un oficial e izaba la bandera argentina. Nosotros nos hemos criado con la tristeza – no de subir banderas – sino de bajarlas. Nos ha tocado ir al exterior. Veíamos con tristeza que los barcos se vendían, que bajaban la bandera para hacerla un bollito y meterla en la valija con nostalgia. Nosotros estamos con la industria naval, con la ABIN militando en todo esto”. Luego refiriéndose a la Facultad de Ingenieria de la UBA dijo Tettamanti: “ Esta casa nos dió todo. A todos los que vinimos a abrevar de los conocimientos, no tenemos mas que infinita gratitud. Somos egresados de esta casa. Hablaba con los compañeros estudiantes y les decía que importante era estudiar las materias de la Tecnicatura Naval y Arquitectura Naval. Si pensamos en un astillero importante, sabemos de la trascendencia de esa dirección técnica, en las fases intermedias de producción. Pensar con el criterio de que solo es válido, solo es importante el ingeniero que hace el gran transatlántico y….no sirve para nada!. Hoy la historia no pasa por el gran transatlántico. Pasa por el hecho que, cuando uno conduce una construcción y tiene los cuadros que le aseguran que una prueba neumática va estar bien hecha o que una soldadura fue adecuadamente controlada, puede confíar!. Los que conducimos buques petroleros sabemos, la catástrofe que puede significar una prueba neumática, que no fue hecha como corresponde o mal hecha. Pienso por eso, que no solo es válido el ingeniero que hace el barco. Si pensamos en términos de un astillero como debe ser, los técnicos navales son fundamentales. Todo esto hace a la necesidad de (que se logren) estos términos y los hemos tenido anteriormente. Si los ingenieros tuviéramos que recordar cuando empezamos a trabajar ¿quiénes fueron nuestros profesores, nuestros mejores maestros, los que nos enseñaron la verdad?. No fueron los ingenieros que tomaron el camino del escritorio o del cálculo, sino ese técnico, inclusive esos obreros, que podían distinguir una buena soldadura, el olor de la madera o el aroma de una chapa. Ahí fue donde aprendimos lo mas importante de lo que es la ingeniería y no sé si más que lo que aprendimos en la facultad, era algo diferente de lo que aprendíamos en la facultad”. Finalmente refiriéndose al convenio que pasaron a firmar expresó Tettamanti: “Por eso es obligación de todos nosotros darle el lugar que se merece a este proyecto. Si hay que modificar la currícula, bajo el objetivo político de tener astilleros a la altura de las circunstancias, hagámoslo y démosle a esos estudiantes entusiasmo y alegría, para hacerles sentir que no han equivocado el camino, que vale la pena el esfuerzo, y que vale la pena apostar al conocimiento y al trabajo”. A continuación habló el decano de la FI-UBA Dr. Ing Carlos Rosito: “Quiero resaltar algo que es una contradicción que tenemos que solucionar: ayer los representantes de los decanos de las facultades ingeniería nacionales de todo el país, que somos unos ochenta (80), la mayoría, entre los que se encuentra la Tecnológica por supuesto y unas pocas privadas, que tienen el CONFEDI (nota de la redacción: El Consejo Federal de Decanos de Facultades de Ingeniería (CONFEDI) de la República Argentina nace en marzo de 1988 a partir de la inquietud de un grupo de Decanos de conformar un ámbito en el cual se debatan y propicien, a partir de experiencias propias, soluciones a las problemáticas universitarias planteadas en las Unidades Académicas de Ingeniería. ), del cual a su vez yo soy miembro del Comité Ejecutivo, tuvimos una reunión con el ministerio de educación, que nos transmitió la importancia y una necesidad que el gobierno ve – y que importa específicamente a la industria naval - de que dupliquemos la cantidad de ingenieros. Porque es público, que ahora todos quieren ingenieros y ahora faltan. Y eso realmente ocurre” afirmó Rosito. Y siguió diciendo: “Yo tengo contacto por ejemplo con la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina - ADIMRA, con la gente de grandes empresas, ingenieros, etc. El pueblo argentino soporta esta universidad con esfuerzo. Podría ser un impacto para la industria naval de alta tecnología. Todos expresan lo mismo, se desesperan por ingenieros”. Y agregó: “Hay una cifra que es concreta, que obra en el ámbito de la universidad: que hoy tenemos veintiocho mil (28.000) estudiantes de ingeniería avanzados y mas del setenta por ciento (70 %) están trabajando. Y ante la demanda de ingenieros, al no ser cubierta la planta de los mismos, hace que estos muchachos, consigan buenos trabajos en la industria y demoran en recibirse en su carrera. Pero en la industria naval no pasa eso. En la industria naval hay dificultades. ¿y cuáles son esas dificultades?” se pregunta Rosito. Y responde:”Hay empresas navales que no terminan de decidir en hacer diseños, porque hay buques importados que vienen y compiten con la industria naval nacional, de manera que eso es una anomalía, que a su vez se propaga a toda la industria metalúrgica asociada, por todo el sector, como entre los fundidores, los productores de equipamiento eléctrico, motores internos, etc. Entonces hay una anomalía y tenemos que luchar contra esta anomalía”. “¿Por qué si todas las otras industria están trabajando a full y están tomando ingenieros y técnicos con desesperación, en la industria naval esto no pasa?” se pregunta el decano de la FI-UBA. “Ese es el interrogante que yo le hago a todo el mundo y quiero que me ayuden a contestar. Hemos ido a gerentes de los astilleros estatales y no hemos conseguido la respuesta. ¡Lo que estamos sufriendo con la tecnicatura, porque los alumnos de la tecnicatura sufren!. Una tecnicatura por la que nosotros nos hemos matado para que arranque y ahora nos encontramos con la situación que tenemos que recurrir a la industria privada, para ayudar a estos muchachos a hacer los trabajos prácticos de los trabajos que están haciendo en el astillero (donde hacen las prácticas) y lo digo porque yo no soy funcionario del gobierno. Yo me debo a la gente que me eligió, que como digo son mis profesores, mis alumnos y mis graduados, con los cuales discuto mucho; pero la universidad es autónoma, entonces yo lo puedo decir”. Afirma. Luego continuó: “Entonces estamos tratando de duplicar la promoción de ingenieros. Pero acá están los ingenieros y las industrias no los están aprovechando. Esto importa a la industria privada pero muy especialmente a la industria estatal, que compra los diseños y no han cumplido sus compromisos de ayudar a formar los técnicos que la misma industria naval impulsó, para lo cual hemos firmado convenios y algunos de ustedes saben que andamos atrás de esto. Acá esta CAYO AYALA de los Obreros Navales. Sabe muy bien que hace años que andamos luchando por este tema. Yo digo ¿este astillero que está acá atrás, Domecq García, que ahora se denomina Almirante Storni, tiene instalaciones de muy alto nivel tecnológico y podría ser un impacto en la industria naval. Podría ser un lugar que genere barcos.” “No sé nada de industria naval”, aclaró Rosito, “pero uno entiende la situación, de tanto charlar y conocer aspectos de este tema, que no vamos a competir con los coreanos a hacer tanqueros, para hacer tanqueros de 230.000 toneladas o grandes porta-contenedores, porque ellos representan (construcciones en) series. Pero remolcadores de todo tipo, dragas, barcos militares, patrulleros, barcos fluviales, barcos de mediano porte, barcos especiales, oceanográficos, etc. todo eso se puede hacer acá y que son unidades de alto valor agregado, que tienen alto valor en el alistamiento”. “No quiere decir esto que esté en contra de la política del gobierno. Todo lo contrario. He hecho lo que tuve a mi alcance, porque nunca en cuarenta y tres (43) años de ingeniero, la presidenta nos pide explícitamente que desarrollemos más ingenieros. En una reunión hace diez (10) días, escuche que ante los empresarios de la industria de la construcción, dijo “no quiero que se importe un clavo, para la industria de la construcción”. Mantengamos esta política”. “Entonces tenemos que encontrar las soluciones. Tenemos que luchar contra estas discrepancias que están haciendo mal a nuestra gente, a nuestros estudiantes, a las instituciones y por lo tanto al país. Para este año el presidente de la Cámara de la Construcción, de la Camara no del INDEC, dijo que para este año que viene se necesitan mil ochocientos (1.800) ingenieros civiles. Por supuesto, no los van a tener, por que las facultades nuestras no van a poder hacerlos. ¿Por qué semejante clamor en la industria de la construcción y en la industria naval hay ingenieros que están manejando taxis? ¿qué es lo que está pasando? Yo creo que lo que está pasando es que hay algo o alguien, no está poniendo el mismo entusiasmo que estamos poniendo nosotros y no puedo hacer acusaciones”. Finalizó diciendo: “Dicho todo esto agradezco a los presentes, especialmente a los obreros que han trabajado en este sector, que saben (a que me refiero). Yo tengo el orgullo de haber navegado en buques de ELMA, en el viejo RIO CUARTO, en el YAPEYU, en el LIBERTAD y vi como finalmente se fueron desguazando y nos quedamos sin flota de bandera. Y a pesar que estuvimos en un astillero nacional, que construye barcos y buques de guerra, tuvimos que recurrir a industrias privadas, a un astillero privado para que nos diera una mano”. Luego (dirigiéndose al ingeniero naval Horacio Tettamanti, titular de Astilleros SPI SA) el ingeniero Rosito dijo: “Yo te agradezco infinitamente esta colaboración, ya que nosotros vamos a tener que correr con los gastos de mantener los alumnos allá, pero no es lo previsto. Está claro que todos no van a poder ir, por su situación personal, que a pesar de tener todo pago, no van a poder concurrir. Es un tema muy complicado que vamos a tener que arreglar. Es lo que tenemos y estoy infinitamente agradecido por esta mano que nos das”. FIN. A continuación habló CAYO AYALA. “Los trabajadores hemos sido testigos de lo dicho precedentemente y de los daños que se le ha causado desde afuera – Hemos visto las dificultades del país desde el 76 que hasta podemos bancarnos porque fue a sangre y fuego, pero lo que no nos podemos bancar es que desde el 92, pleno gobierno democrático, se deja sin efecto la Ley de marina mercante, se enajenan nuestros puertos, se someten a Decretos como el 817 que nos deja sin convención colectiva de trabajo a alrededor de 50 organizaciones sindicales”. “Como no es de casualidad, que posterior a eso desaparecía la Ley de marina mercante, que deja huérfano al sector nuestro. Como no es de casualidad que la paridad cambiaria de ese momento nos sacó totalmente del mercado. Nosotros con nuestros compañeros, nos pasamos entre un ministerio y otro haciendo las gestiones mínimas necesarias, para mantener en pie nuestra industria y no hemos sido escuchados y no cedimos nunca en la refutación”. “Tuvimos la oportunidad de conocer al presidente Kirchner y le hicimos sugerencias, para su plataforma, para la campaña electoral y nos abrazó, señalando que iba a apuntalar esto y así lo expuso. Y hay referentes de esto porque lo anunció en la casa de gobierno, porque había setecientos (700) millones de pesos para impulsar la construcción de barcazas y poner en marcha el sector. Hubo resolución de crédito leasing, también para apuntalar esto, y nos decíamos de que estábamos entre gente interesada por lo mismo. Me animo a decir que no estuvimos a la altura de la circunstancias. Las decisiones que se habían enviado al banco, estaban plagadas de dificultadas, porque nos quitaron unas de las posibilidades para que hoy estuviéramos ya marchando y bregando por más, por la capacitación, poniendo en marcha nuestra ingeniería y con más fuerza para cuestionar cuando se quiere comprar tecnología en el exterior”. “Sin embargo siempre estamos empezando. Afortunadamente esta conversación tiene una identidad diferente: que este (convenio que se firma hoy) sea el inicio de un proyecto que tienda a restituir la industria naval que tuvimos nosotros, la que fue capaz de hacer acá, en la boca del riachuelo, buques de sesenta mil toneladas (60.000 tn) o plataformas de extracción petrolera. Nosotros fuimos los primeros y después fueron demandadas en el mundo entero, con astilleros deshechos por las políticas nefastas implementadas en el país. No queremos llorar sobre la leche derramada. Señalamos que fuimos capaces de hacerlo sin medios ¡como no vamos a ser capaces de hacerlo ahora con más medios, con más recursos!” “Esas políticas de las que yo hablo, iniciadas en el 76, continuadas en el 90, con todo respeto nosotros las jugamos con la política actual. Las seguimos sosteniendo, pero todavía, nos cuesta armonizar, porque yo no creo que sea lo que dice el amigo Tettamanti, que no es que “no sepamos expresarnos debidamente”, sino que desgraciadamente tenemos algunas dificultades fuertes, con una contrapartida política, dentro del seno del mismo gobierno.” “Porque así como hubo cabezas como el compañero Kirchner, que tomó las riendas rápidamente, hubo expedientes que se perdieron en la nebulosa. Somos testigos que pidió implementación de estas políticas y no se hizo. Hoy creemos que la sra. presidente está en la misma y queremos jugar el segundo partido en todo esto, pero depende de que nosotros también lo hablemos. No es posible que aparezcan los obreros navales reclamando y los empresarios tengan (3) tres cámaras. Queremos que estén las tres (3) cámaras juntas, para que conjuntamente con los técnicos y los profesionales, elevemos un proyecto nacional, sugerencia mínima y necesaria para poner todo esto en marcha”. 15/12/2011: “Si no indefectiblemente vamos a caer en las áreas que de alguna manera son privilegiadas, pero sin garantías de que tenga continuidad, ya que está demandando ingenieros navales continuamente. Porque de pronto, aparece una oleada perfecta que viene para construcciones en determinadas áreas, pero que en 4 años desapareció y de nuevo quedamos de a pié”. “Nosotros tenemos que participar activamente con los técnicos y profesionales que le van a dar forma dinámica y la visión necesaria para no repetir políticas que fallaron. Pero que no fallaron por sus técnicos y profesionales, sino porque nos las impusieron, después del terror nacional, por resoluciones políticas que obedecían a otros intereses, no a los nuestros y el pueblo argentino se tuvo que comer todo esto. No el gremio naval que salió a la calle permanentemente, hasta que se quedó sin gente pero nunca lo aceptamos y menos ahora.
Nosotros concurrimos acá aplaudiendo esta iniciativa, y poniéndonos a disposición. Tanto como invitamos al empresariado también para armonizar criterios en el esfuerzo y ponernos a disposición de un proyecto, que nace con la capacitación y nace para restituir una labor loable como la profesión de ingenieros: Y que el compromiso es poner rápidamente ese conocimiento, esa técnica al servicio de la producción nacional, en un área y en un mundo mesquino y desprolijo como este. Nosotros nunca fuimos mesquinos. Pero ahora sí lo queremos ser – no con los paraguayos o los bolivianos ni con los hermanos uruguayos – queremos ir contra el centro del poder, que son los que mandan las banderas de conveniencia y utilizan las banderas del uruguayo, del paraguayo y ambos siguen comiendo salteado como siempre. Acá están haciendo un negocio redondo, por arriba de los intereses del Mercosur”. “Yo creo señores, con todo respeto, que llegó el momento en tenemos que levantar la voz y señalar esto públicamente y si estamos afectando alguna estrategia, el gobierno nos llamará y nos dirá : muchachos, bajen la voz porque nosotros estamos negociando otra cosa. Y somos disciplinados y conscientes de lo que son los intereses nacionales, del espacio y tiempo que estamos habitando, de las incertidumbres, de las acechanzas que pesan sobre cualquiera de las áreas del quehacer nacional, con las dificultades europeas que no terminan ahí y que están afectando al mundo entero. Pero nosotros, creo que tenemos el material humano suficiente, herramientas, historia y capacidad como para elaborar un proyecto mínimo y con toda modestia canalizar lo nuestro. Nosotros tenemos que poner la bandera nacional y restituir el cabotaje nacional y tener presencia activa en la hidrovía y en el Mercosur. Que es lo que corresponde a un país que históricamente fue la bandera de sudamérica en producción, en comercialización, en servicios portuarios y resulta que hoy somos relegados. Esto no puede ser aceptado”. “Necesitamos una política de defensa de nuestros intereses. Tenemos la capacidad suficiente en el pueblo trabajador, para defender nuestros intereses. En el área pesquera nos están dejando prácticamente sin explotación y sin comercialización, esto es más que lamentable. Nos han limpiado la costa atlántica en ese sentido y no tenemos una propuesta que por lo menos abrigue esperanza, para toda la gente del Mercosur. No siendo la explotación petrolera en el extremo sur y la distribución de determinados capitales con la comercialización de la fruta, la Patagonia no la vamos a poder habitar nunca en esas condiciones. Es una política retrógrada que a algunos les interesa sin ninguna duda. Entonces pensemos en voz alta. Acá los interese transnacionales están planificando en forma agresiva para ocupar los lugares y más con las dificultades que ellos tienen en este momento”. “Yo creo – con toda modestia – que (quienes) representamos nosotros, nos están obligando a ponernos a la altura de las circunstancias. Por eso estamos en esta casa, agradecidos, porque sabemos que vamos a perfeccionar nuestras inquietudes, vamos a plantear más correctamente y vamos a armar las políticas que sean necesarias. Y ya no las organizaciones representativas que pueden ser la facultad de ingeniería, la FEMPINRA o el sindicato: el pueblo tiene que saber de esto y nosotros, nos vamos a encargar de hacer radios públicas si fuera necesario, las propuestas que emanen de esta mesa. Tenemos que informar al pueblo, que esto significa miseria, desgraciadamente”. “La línea de subsidios nos sirvió y a buena hora hay que seguir aplaudiendo, para capear las necesidades de muchas familias argentinas, pero de hoy en más tenemos que relevar subsidios por puestos de trabajo. Hoy tenemos que seguir relevando a nuestros caldereros que se hicieron prácticos de hecho, remendando barcos, dándoles la capacitación mínima para que técnicamente puedan estar a la altura de las circunstancias. Esto es a lo que aspiramos nosotros, sabiendo que la demanda no es fácil.” “Hemos superado lo del 76 a ahora, con las barbaridades del 92 en adelante. Inclusive hay un mensaje lamentable, que vamos a tener que reiterar a las autoridades políticas, que lo que era la secretaría de la marina mercante, se redujo a una dirección nacional de vías navegables y la industria naval no tiene una dirección, es decir la industria naval no está registrada en el sector del área fluvial y marítima. Esto es penoso. ¿Cómo no vamos a tener una dirección de industria naval para plantear estas inquietudes que estamos señalando acá?” “Entonces verdaderamente todas nuestras esperanzas están cifradas en esta segunda etapa, que se va a iniciar después del 10 de diciembre próximo, donde sí creo que ya tenemos todo el derecho para decir: HEMOS PAGADO TODO LO QUE NOS HAN EXIGIDO, pero este derecho, el país no lo puede regalar. Y los trabajadores estamos pendientes de esto. Y vamos a reclamar las veces que sea necesario, tanto como ponernos a disposición del gobierno nacional para realizar esta terea. Para mostrarles que sabemos lo que peticionamos, que estamos trabajando para eso y que necesitamos el respaldo político para poner nuevamente a la industria naval en marcha, como señaló (nuestra presidente) en un astillero, donde el anuncio fue magnífico, pero desgraciadamente (en lo que) no participamos activamente nosotros. Esto es lo que quería señalar en nombre de nuestros compañeros”, finalizó Cayo Ayala. Ingeniero Gregorio Hernandez, de CARMAHE recordó que cuando inicio su actividad estudiantil – deseando ser ingeniero naval - tuvo la desilusión que no había trabajo para el sector y paso a ingeniería mecánica donde egresó. Sintetizó los problemas de la industria naval a la largo de la historia. Finalmente consideró que era imprescindible una gran convocatoria de todos los interesados en desarrollar el sector, pues apreciaba que la universidad sola no podría hacer la recuperación de la industria naval. Juan Speroni, secretario adjunto del SAON-SINRA fue enfático en manifestar que “los hombres vinculados al trabajo, desde los técnicos, los profesionales, los empresarios, tenemos que involucrarnos decididamente en la militancia de la gestión de la articulación de un proyecto que ponga a caminar nuevamente a la industria naval, función de lo que dijeron los que me precedieron en el uso de la palabra”. Instó a ver las nuevas posibilidades para los países emergentes del mercado de oriente frente a las dificultades de Estados Unidos y del viejo mundo. Y agregó Speroni: “Si nosotros no nos organizamos perfectamente bien, articulando los criterios, articulando de la mejor manera posible las estructuras que vinculan al mundo del trabajo, me parece – y no quiero ser pesimista – nos va a pasar algo que fue recurrente en la historia argentina: como cuando vinieron por el 817, con el 1771, el 347 y la importación de barcos a casco desnudo sin ningún tipo de aranceles y sin nada”. Luego de argumentar sobre oportunidades para la industria naval basadas en lo que ocurre en el mercado mundial, propuso: “Si nosotros no nos involucramos, creando desde acá un Consejo, que tenga que ver con el desarrollo y la planificación y un perfecto diagnóstico de lo que puede hacer la industria naval argentina, para resguardarla y defendernos mutuamente”, basándose en el concepto de que si bien es muy difícil competir en el mundo externo, “hay muchísimas cosas para hacer en el mercado interno” y “en el área de defensa”, dando numerosos ejemplos al respecto y apuntando que en base a ello “tenemos una década de trabajo para estructurar nuevamente una industria naval, que irrumpa en el escenario internacional con posibilidades de competir.” Finalmente puso de manifiesto la falta de políticas para hacer previsibles en el tiempo estos esfuerzos y que si bien en la última década se cuatriplicó la cantidad de obreros y técnicos navales capacitados, “hoy ya golpean las puertas del sindicato, porque lamentablemente el trabajo se está agotando”.++ Por Daniel Estigarribia.

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